La Seda. Leyenda e Historia

La Seda. Leyenda e Historia

La Seda

 

Leyenda e Historia de la Seda

 

Origenes en China.

La seda, por muchos considerada la reina de las fibras,  fue descubierta en China miles de años antes que llegara a Europa, se estima que sus orígenes datan de 4000 años  atrás. Durante el imperio Ling Shi entre los años 2697 y 2597 AD el conocido como “Emperador Amarillo”, decidió guardar en secreto y bajo pena de muerte, la manera de obtener las fibras de seda.

Cuenta la leyenda que la joven esposa del emperador Lei Tsu estaba tomando su te en el jardín, debajo de una morera cuando cayó en su taza un capullo. Entretenida con el suceso se quedó observando como el capullo se disolvía en el agua caliente y así, sin quererlo descubrió como devanar la fibra de seda. Los hilos de seda cubrieron todo el jardín y es por eso que en China los tradicionales tejidos de seda natural están diseñados con motivos florales en representación del jardín de Lei Tsu, quien se convirtió en la primer sericultora y deidad de la seda.

Bombix Mori

Efectivamente, los capullos cuidadosamente construidos por los gusanos Bombix Mori, voraces comedores de hojas de morera son los responsables y autores de la existencia de la fibra de seda natural, cuyas telas fueron prohibidas a los campesinos e incluidas en el protocolo Imperial, convirtiéndose en símbolo de lujo.

Luego de 3000 años de mantener en secreto la forma de producción de la seda, comenzó su divulgación hacia otras latitudes. Las larvas de gusano fueron llevadas por la “ruta de la seda”. Alli ya las telas de seda se habían convertido en valor monetario intercambiándose por otros productos .

 

La Ruta de la Seda.


La ruta comenzaba en Pekin, rodeaba la gran muralla china , cruzaba a por Afganistan hasta la antigua Persia.

La sericultura empezó a desarrollarse fuera de china y en oriente hacia el años 330 AD primero en Japón, Corea e India. Fuera de esos paises se desarrolló en Constantinopla. En el año 442 AD dos monjes persas ofrecieron un precioso regalo al emperador de Bizancio, Justiniano : eran huevos de gusano de seda que habían traído ocultos en sus bastones desde China. Asi , el cultivo fue trasladándose a lo largo del Imperio Bizantino que se extendía entre Asia, Europa Oriental y norte de África.

En el siglo XV con las expediciones marítimas Europeas buscando nuevas rutas al lejano Oriente la seda llega a Europa occidental a través de España, Italia y Francia.
Durante la edad media empezó a desarrollarse la sericultura también en climas más fríos como los de Inglaterra y Holanda.

Entre el Renacimiento y el Barroco se perfeccionaron y sofisticaron las técnicas de tejeduría de la fibra de seda especialmente en las ciudades de Génova, Venecia , Valencia y Granada . A partir de ello se generó un auge de su uso en prendas de textiles muy elaborados destinados a la liturgia y a la realeza , extendiéndose también a la decoración y mobiliario. Se utilizaron para ello, técnicas de tapicería persa y egipcia introducidas en la edad media por los árabes.  Los ricos dibujos que se realizaban con hilos de seda se fusionaban con oro.

En el siglo XIX la seda fue adoptada por la moda de la época Napoleónica y tejida en los nuevos telares Jacquard de su homónimo creador.

Ya en el siglo XX , hacia 1930, la fibra era muy valorada en Estados Unidos en su versión más fina para el uso de las medias de seda, para entonces Japón dominaba el arte del cultivo de la seda cruda. Con la primer guerra mundial en Europa la fibra de seda tuvo que destinarse a la confección de paracaídas, mientras surgía la fibra de Rayon viscosa que funcionó como reemplazo económico para tejer las medias tan valoradas por las mujeres de la época.

En 1970 y después de la segunda guerra, Japón tuvo que reemplazar la sericultura por la industrialización asi que nuevamente China retoma la primacia en el arte de la producción de seda natural.

Hoy en día conviven el uso de una gran cantidad de  fibras artificiales, como el Rayón, el Acetato y la Viscosa, que tratan de imitar su belleza y propiedades naturales,  para un público más masivo, a un  costo accesible. Mientras que el mercado de  la seda se dirige al uso exclusivo en  prendas e hilados de calidad superior para un público que aprecia y conoce sus cualidades y valor.
Autoras: Alicia Posadaas / Carolina Uehara

 

 

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